martes, 26 de octubre de 2010

MARCO TEÓRICO

El acompañamiento escolar, esencia del buen maestro.
"Sólo se aprende a vivir viviendo, y cada hombre tiene que recomenzar el aprendizaje de la vida". Miguel de Unamuno
Ciertamente el proceso de aprender es un hecho individual que refleja varios factores puestos en juego para facilitar la adquisición de conocimientos, el análisis de información, la interpretación de acontecimientos o contextos, así como la solución de problemas y toma de decisiones. Tanto los niños, como los adolescentes y jóvenes, están sujetos en los centros educativos a regulaciones administrativas, académicas e inclusive a códigos no escritos de relaciones interpersonales que de alguna manera orientan su transitar por las aulas, pero que están enmarcadas hacia patrones generales de comportamiento.
Hasta dónde, la individualidad de aprender puede conducir a un estudiante a la condición de anonimato, a sentirse relegado, a permanecer pasivo ante los estímulos del clima en el aula. Siempre es importante recordar que poseemos una personalidad única y diferente, por lo tanto, reaccionamos también de distintas maneras ante las circunstancias que condicionan las actividades propuestas por los profesores.
Cuando sentimos la presencia de alguien quien nos proporciona confianza, seguridad, alegría, o percibimos en él o ella, interés por lo que hacemos, se refleja en la actitud positiva de vivir toda experiencia en calidad de aprendizaje, así cada amanecer, cada jornada de trabajo escolar o de actividad laboral, se recibe con el ánimo suficiente para dar lo mejor de sí mismo. El saber y sentirse acompañado, sin duda posibilita el obtener mejores resultados en las clases, en el trabajo, en los deportes, en la práctica de las artes, en las ventas.
Hacia el interior de las aulas y las múltiples funciones del profesor, el término acompañamiento adquiere una gran dimensión, más allá de los principios pedagógicos que lo fundamentan. Si bien fue definido como el proceso que pretende ofrecer, al lado de la escuela, el apoyo y los recursos que los niños y adolescentes necesitan para triunfar en ella, el cual no es exclusivo para los alumnos en dificultades, sino para todos los que lo necesitan (Ghouali.2007), puede considerarse como la esencia misma de la misión del docente, un elemento de naturaleza social para quienes enseñan o pretenden enseñar.
El buen docente, en este sentido, ubica primero al estudiante que mayor atención requiere, combinando estrategias psicopedagógicas con el sentido común o el resultado de su experiencia profesional. En segundo lugar, trata de estimular hacia mejores resultados producto de la participación permanente en las tareas y prácticas de aprendizaje. Acompañamiento es sinónimo de unión, de solidaridad, de compartir, de generosidad, de disposición de comunicarse uno con el otro en el afán de crecer juntos y el firme propósito de conseguir metas comunes.
Si como estamos convencidos, que la educación es un proceso social general, el acompañamiento responde a la actitud dispuesta del entrenador, del director de orquesta, del líder religioso, del supervisor en la empresa, de los padres de familia y no solamente en el ámbito escolar. Procuremos favorecer la tutoría, la orientación y la asesoría como formas estructuradas de acompañamiento, pero sobre todo, el asumir con agrado la relación uno a uno con quienes respondan a su condición de guía.
Evitar la guerra es trabajo de la política, establecer la paz es trabajo de la educación
María Montessori

 Decálogo del acompañamiento escolar
1. Es vital la comunicación familia–escuela para conocer la metodología de la institución, los objetivos del grado escolar, así como los logros y dificultades de los hijos.
2. El acompañamiento debe propender a la autonomía, al desarrollo de hábitos y rutinas de estudio y de valores, y a la autorregulación del aprendizaje.
3. Las tareas escolares deben cumplir la doble función de reforzar los conceptos trabajados y desarrollar habilidades y valores significativos en la vida del estudiante.
4. El establecimiento de hábitos de estudio, de formación de valores y autorregulación del aprendizaje son procesos que se construyen con el tiempo y que requieren un acompañamiento permanente.
5. Ante la detección de dificultades de los estudiantes debe buscarse oportunamente ayuda si es necesario o tomar medidas correctivas. Un año no se pierde en el último mes escolar.
6. La responsabilidad del proceso escolar es compartida entre padres y maestros. Debe existir claridad ante los objetivos de las tareas escolares y la función de cada uno en el acompañamiento.
7. Las tareas escolares son importantes, pero también lo es el tiempo justo de ocio productivo después de una jornada escolar.
8. La ejecución de trabajos escolares en equipo cumple una función en el desarrollo de cierto tipo de habilidades de interacción social, cooperación y respeto por el otro. Como tal, deben facilitarse en las familias.
9. Se debe diferenciar entre acompañar y sustituir al estudiante en las tareas escolares. En el desatrasarse, las investigaciones, las carteleras y otras actividades el adulto cumple función de guía, mas no de ejecutor.
10. Los adultos deben asumir una actitud de escucha auténtica ante los sentimientos, frustraciones, logros y dificultades del estudiante en el ámbito escolar.



 EL ACOMPAÑAMIENTO DE LOS PADRES EN LA ESCUELA

El capital más importante es el talento humano. Las tareas repetitivas y mecánicas que no comprometen el pensamiento, son candidatas a la robotización.
La educación, según J. Delors en el informe de UNESCO, debe cumplir un conjunto de misiones que  le son propias y debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para Poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; y por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores.


Los modelos y diseños curriculares tradicionales entran en conflicto con las nuevas propuestas de gestión curricular. Hoy el currículo se contextualiza desde la perspectiva de los PEI, teniendo en cuenta las necesidades reales del entorno sociocultural e institucional y se considera un proceso de construcción permanente, que como estrategia básica trabaja por núcleos temáticos, actividades y resolución de problemas, currículo que caracteriza al profesor como creador, productor, mediador e investigador y que implica una práctica pedagógica interdisciplinaria, integral, pertinente y coherente.
Los conceptos anteriores hacen que lo ideal del acompañamiento en el aula de clase deba ser despertar el interés en el estudiante y la motivación por el aprendizaje, razón por la cual el profesor debe convertirse, como lo plantea el educador Vladimir Zapata, en un provocador del aprendizaje en sus estudiantes. Para esto, debe contar con estrategias que ayuden al estudiante a adquirir habilidades de pensamiento que le garanticen la inferencia e integración de conocimientos que le permitan su desarrollo integral. Es entonces claro que la manera como se asume el acompañamiento escolar va de la mano con el concepto que se tiene de educación. Implica, no solamente que el estudiante adquiera conocimientos, desarrolle habilidades y hábitos, se forme en valores, sino también, muy significativamente, que aprenda a aprender, a autorregular su aprendizaje y a desarrollar sus
Capacidades. ¿Cuál es la función de la familia en este acompañamiento?
El acompañamiento escolar hace parte de la misión formadora que tienen los padres como puericultores con el fin de lograr la construcción y reconstrucción de las metas de desarrollo humano, integral y diverso propuestas por el Grupo de Puericultura la Universidad de Antioquia en su discurso Crianza humanizada: autoestima, autonomía, creatividad, felicidad, solidaridad y salud.
Además, en ese devenir, se teje la resiliencia, entendida como esa capacidad de salir adelante a pesar de la adversidad, situaciones que los estudiantes deben afrontar permanentemente en el ámbito escolar, bien sea por los compromisos escolares o por las situaciones que deben sortear con sus padres, entre otras.

¿Qué hacer?
Los padres deben sensibilizarse con los cambios educativos de los hijos e identificar claramente los momentos del desarrollo en que se encuentran para apoyarlos adecuadamente. La etapa infantil media (de los tres a los siete años), al final de la cual se inicia el proceso escolar y la superior (de los siete a los doce años), durante la cual transcurre la primaria, se caracterizan por una semidependencia, en la que los niños requieren sentirse seguros, en un ambiente de confianza y diálogo, estimulados, en desarrollo de una autonomía social y ambiental cada vez mayores. Es el espacio de aprendizaje de actitudes, habilidades y valores universales que les permiten afrontar las dificultades y retos de la escolaridad: el amor al esfuerzo y la perseverancia, lo que fomenta el tejido de resiliencia.
En la etapa de los 12 a los 18 años la familia sigue siendo un contexto muy importante, pero las formas de acompañamiento cambian. El diálogo y la reflexión que ayuden a madurar, la toma de decisiones y el asumir las consecuencias de estas son el camino hacia la autonomía, hacia él responsabilizarse de su propio aprendizaje.
¿Cómo adquirir conocimientos, habilidades y valores?
Los conocimientos escolares son información necesaria para el aprendizaje, pero en sí mismos son de escasa utilidad si no tienen sentido y aplicabilidad en la vida del estudiante; si no han sido interpretados y relacionados con otros conocimientos; si no han sido comparados y aplicados; es decir, si no se desarrollan ciertas habilidades de pensamiento al mismo tiempo que se adquiere la información, pues los estudiantes deben ser capaces de pensar y actuar con lo que saben: aprender no es memorizar. Ejemplo: saber cuándo se debe usar una multiplicación en la resolución de un problema es mucho más importante que saber las tablas de multiplicar.
Desde esta perspectiva, el acompañamiento en la preparación de evaluaciones escolares debe orientarse hacia la aplicación del conocimiento, comparación y relaciones con otros conocimientos adquiridos, la argumentación y la solución de problemas. Esta actitud fortalece la autoestima, la autonomía y la creatividad. En general, se debe evitar tomar la lección, y mejor, pensar que el aprendizaje debe ser significativo para los jóvenes o niños.
Las tareas escolares se espera que cumplan una función de refuerzo de los conceptos trabajados en clase y que favorecen el desarrollo de ciertas destrezas y habilidades como la interacción social, el aprender a hacer con otros y la formación en valores como el respeto a la diferencia, la responsabilidad, el amor al esfuerzo y al reto, así como el fortalecimiento de la voluntad. Por lo tanto, cuando son bien planteadas, facilitan el desarrollo de la autonomía, como lo plantea Piaget, que es llegar a ser capaz de pensar por sí mismo, con sentido crítico, teniendo en cuenta muchos puntos de vista, tanto en el ámbito moral como en el intelectual. Algunas tareas podrán ser desarrolladas por el estudiante independientemente y otras en interacción con otros o bajo la guía del adulto. Sin embargo, sin demeritar la validez de las tareas, es necesario tener en cuenta la cantidad y oportunidad de estas y su concordancia con el tiempo libre, de descanso y demás actividades propias del desarrollo del niño.



La condición en que se hacen las tareas debe ser estimulante y estas deben ser provocadoras y agradables, de tal modo que el estudiante sepa que es interesante hacerlas.Formación de hábitos y rutinas de estudio.El establecimiento de hábitos y rutinas como una manera de organizar y regular las acciones tendientes a la ejecución de las tareas y el estudio es de gran importancia. En este campo es necesario considerar factores como:
• El tiempo: las actividades deben ajustarse al tiempo disponible para hacerlas, considerando las
actividades de descanso como la televisión, los videojuegos y las actividades extraescolares. La priorización de estas será coherente con las metas de desarrollo que se quiera lograr.
• El lugar: debe haber en lo posible un espacio físico con buenas condiciones de luz, temperatura y con mínimas distracciones, ruidos e interrupciones.
• Los materiales: antes de iniciar cualquier actividad escolar se deben tener todos los recursos necesarios que se utilizarán (cuadernos, lápices…)
• El desarrollo de las actividades: los niños deben realizar las actividades independientemente, apoyarlos y orientarlos cuando lo requieran, pero nunca hacerles la tarea o la actividad que les permite aprender. Si deben consultar algún tema, deben aprender a buscar los libros en la biblioteca, explorar la tabla de contenido, ubicar la información necesaria y resumirla; de la misma manera, si lo hacen por internet. Es importante que el niño haga las tareas aunque los padres no estén en casa. Debe haber revisión diaria de estas. Con los jóvenes, si han tenido un buen acompañamiento, se espera que hayan alcanzado un buen nivel de autonomía y autoestima, lo que les permite responsabilizarse de su propio aprendizaje. El acompañamiento deberá ser más desde la comunicación para estar atentos a identificar dificultades, necesidades de apoyo y brindarlo cuando sea necesario.

 APRENDIZAJE AUTORREGULADO

Como ya se dijo aprender no es solamente lograr cambios medibles en los conocimientos, hábitos y habilidades. Aprender significa ante todo aprender a aprender: conocer estrategias para el logro eficaz de tareas de aprendizaje, seleccionarlas adecuadamente para cada caso y evaluar su uso; en resumen, responsabilizarse del propio aprendizaje.

Si bien es cierto que las estrategias de aprendizaje están íntimamente ligadas con la metodología desarrollada por el docente en el aula, el acompañamiento en casa puede fomentar el uso de estrategias de pensamiento y autorregulación que potencien el aprendizaje, incluso si el maestro no las considera en clase.
Es necesario que cada estudiante conozca su propio proceso de aprendizaje, programe conscientemente las estrategias de aprendizaje, de memoria, y de solución de problemas, haga una buena elección de las estrategias, se autoevalúe y, en definitiva, se autorregule. Esto hará que se amplíe extraordinariamente la capacidad y la eficacia del conocimiento.
Cada actividad escolar debe regularse desde antes de comenzar hasta la conclusión de la misma.
Se debe fomentar la planeación consciente de las actividades escolares y del estudio: el antes, el durante y el después. Este seguimiento constante se ha de hacer sobre el conjunto de factores que intervienen en el desarrollo de una actividad: los personales, los de la actividad, y los del ambiente. De esta manera, el estudiante aprende no solo a autorregularse, a conocer sus puntos débiles y fuertes, sino también a explotar sus capacidades y los beneficios de las diferentes estrategias y técnicas de aprendizaje. Habilidades y estrategias, como observar; comparar; encontrar semejanzas y diferencias; clasificar; categorizar y ordenar; representar mediante gráficos, dibujos, expresiones verbales, análisis y discusión de casos, interrogación y mapas conceptuales, entre otras, así como los procesos de autoevaluación: fortalezas, debilidades, logros, dificultades, constituyen herramientas Fundamentales del aprendizaje autorregulado.
Para elevar la educación, los padres de familia deben involucrarse en el sistema educativo mediante 3 acciones: leer con los hijos, conocer a los maestros y apoyar en las  tareas.
La educación es algo tan importante que exige corresponsabilidad: cada uno tenemos una tarea que cumplir
Lectura: La recomendación es que los padres de familia le lean a sus hijos durante 15 minutos, cinco veces a la semana, dando como resultado un equivalente a cinco horas de estudio. Si los padres de familia aplican esta actividad dará como resultado con el tiempo dos años de adelanto en sus estudios.
Maestros: Los padres de familia deben de conocer a los maestros de sus hijos, para estar al pendiente de sus actividades y de su educación dentro de la escuela.
Tareas: Es importante que los padres de familia establezcan una rutina para elaborar las tareas escolares de sus hijos, así como supervisar las mismas dentro del hogar.
Respecto a los efectos de un mayor involucramiento por parte de los padres de familia están: mejores resultados de escolaridad promedio, de desempeño en exámenes y de egreso; mayor asistencia y continuidad; mayor motivación, mejor autoestima, tasas más bajas de reprobación; menor consumo de drogas y alcohol y menor incidencia de conductas violentas.


  EL ACOMPAÑAMIENTO, UNA ESTRATEGIA PEDAGÓGICA 


Acompañar es una palabra que evoca la sensación de estar cerca, con un propósito y una misión específica y especial de: apoyar, gestionar y canalizar las necesidades y dificultades del acompañado/a, además de potencializar sus habilidades y destrezas en beneficio del Proyecto Educativo. Plantea la tarea de estar, observar, describir, socializar y gerenciar procesos para el desarrollo de la práctica del acompañado/a.
La conceptualización expuesta define la línea de acción teórica que se propone en este Manual para el proceso de acompañamiento y seguimiento. “El acompañamiento y seguimiento se convierten en un eje facilitador de experiencias educativas recuperadas creativamente y con mayor impacto en el desarrollo personal y profesional”1 de los y las docentes del centro. De esta manera las visitas al aula y las observaciones en el aula serán técnicas para posibilitar el crecimiento personal y profesional del equipo docente, para reflexionar y analizar la práctica educativa desde una visión de mejora continua.
El proceso de acompañamiento dentro del centro educativo, debe construir, orientar y generar junto al docente la reflexión sobre su práctica pedagógica y la coherencia de la misma con el ser humano que se pretende formar en la sociedad y a través del Diseño Curricular del Nivel Básico.
El acompañamiento pedagógico supone retos y compromisos; pasa a constituirse en un proceso, no en una acción de un momento. Tiene como propósito fundamental acompañar al docente en su crecimiento como persona y como profesional. Este enfoque demanda un acompañante con competencias para la comunicación, para gerenciar las necesidades y dificultades que se presentan en un salón de clase.
El/la acompañado/a debe asumir posturas distintas con relación a este proceso, en este caso necesita plantear sus necesidades y dificultades, construir con el acompañante los procedimientos y el cronograma de trabajo a desarrollar durante éste.

La familia es el primer lugar en que se produce la educación estableciendo el enlace entre los aspectos afectivos y cognoscitivos. Pero su relación con el sistema educativo se percibe a veces como antagónica. Es necesario que haya un diálogo auténtico entre padres y profesores, es decir, que se complementen familia y escuela para un mejor desarrollo. El individuo también es un poderoso vector de educación. Así pues el mundo laboral es también un importante espacio educativo, propicia el acceso a la madurez y es un poderoso factor de inserción social. Las personas también pueden enriquecerse en su tiempo libre, la escuela y la televisión deben propiciar la apertura hacia museos, teatros, bibliotecas… Por último, destacar lo indispensable que es superar el antagonismo entre la educación y los medios de comunicación.

Es cierto que el rendimiento académico de los niños depende en gran parte al apoyo que se les brinda al desarrollo de sus actividades escolares en casa, lo que se pretende no es que la Familia supla el papel del docente, ni que termine haciéndole las tareas a sus hijos, sino que lo que se pretende es que se establezca una supervisión y ayuda en la elaboración de los trabajos escolares en casa. Por eso determinaremos unas pautas que posiblemente los Padres, tutores, hermanos, vecinos, tíos entre otras personas pueden adoptar para ayudar y acompañar a los niños en el desarrollo y cumplimiento de sus actividades escolares, las cuales son: La Familia y en especial los Padres son los primeros profesores del niño. Desde el punto de vista de la psicopedagogía, especialmente Jean Peaget, el individuo empieza su proceso cognitivo con las primera experiencias sensomotoras, donde los primeros en desarrollar estas experiencia son los padres y en si el entorno familiar donde se desarrolla el niño.
La familia debe promover en sus hijos actitudes positivas, responsables y ordenadas como: Ayudarlos a empezar bien el día: Los niños necesitan haber dormido bien (9- 10 horas por noche) para estar descansados y alertas en clase. Programar las actividades vespertinas para que los niños puedan tener tiempo libre, cenar, hacer tarea, preparar a tiempo todo para el siguiente día en la escuela e irse a dormir a buena hora. Ser puntuales y estar listos para las clases: Los niños deben empezar cada día de escuela a tiempo, con su tarea completa y con todo lo que necesitan para el día. Ser puntuales y llegar temprano a la escuela significa que no están apresurados ni olvidaran nada importante. Tener la tarea completa y todos los libros que necesitan durante el día les ayudará a sentirse comprometidos, así como a concentrarse mejor en sus clases. Conocer a los profesores al inicio de cada temporada escolar y comprende su forma de enseñanza. Leer con los niños al menos 15 minutos diarios todos los días para mejorar su lectura, escritura y habilidades de comprensión, creándoles un amor por la lectura que les servirá durante toda su vida. Muestre interés en los trabajos escolares: Revisar los papeles, proyectos, tareas y toma nota del progreso de los niños. Pasar tiempo junto trabajando en las áreas difíciles. Cuando los niños saben que la familia está interesad a su actitud en la escuela será más positiva. Participar en actividades escolares: Hay muchas oportunidades de involucrarse con los niños en la escuela, incluso para padres que trabajan. Ser voluntario para ayudar en el salón de clases, atender juntas Asociación de padres, asistir a conferencias entre profesores y padres. Cada vez que la familia se involucre en la escuela estará mostrando a los niños cuánto le importa su educación y eso les ayudará a sentirse más orgullosos al respecto. Asegurarse de que los niños tengan un tiempo para estudiar todos los días así tenga tarea o no. Hacerlo parte de la rutina diaria.

En lo concerniente al proceso educativo, López (2004) afirma que la escolarización exige tareas que deben compartirse entre la escuela y la familia, tales como: el diálogo, la descripción, la narración, la lectura, la escritura, los cálculos, la observación, etc., que necesariamente son "dotaciones" que el niño debe tener y que se demandan continuamente no sólo cuando se inicia la educación, sino hasta el momento de la graduación. En este orden de ideas, se podría afirmar que los insumos o dotaciones que el niño del barrio Galan recibe de casa son muy escasos para su escolarización, ya que las actividades que responden al lenguaje, como son lectura y diálogo, son las más desatendidas
“Las tareas para casa, definidas por Cooper (1989, 2001) como las tareas que los profesores prescriben a los alumnos para realizar fuera del horario lectivo, tienen una larga y arraigada tradición escolar, siendo una práctica habitual en la mayoría de las escuelas a lo largo de todo mundo. Las tareas para casa asumen un papel más sobresaliente en el día -a-día escolar”
Como docentes frecuentamos a la estrategia de poner tareas puesto que es una herramienta de apoyo para que los estudiantes repasen en casa y afiancen los temas que en la escuela no se alcanzan a ver o simplemente queremos reforzar los temas trabajados en clase.
Algunos docentes somos tildados como unos “talladores” porque colocamos tarea para desarrollar en casa en compañía de los padres, pero éstos creen que la actividad es más fácil hacérsela que ponerse a explicarle y por el contrario otros sustentan que las tareas son una perdedera de tiempo puesto que para eso van a la escuela.
Consideramos  la verdadera importancia de las actividades extra clases puesto que en muchos estudiantes solo practican en casa cuando se va a realizar un examen y eso que no siempre, por lo consiguiente tienden a olvidar más rápido lo que aprendieron.
“Bernardo Kliksberg (2002) que considera al campo educativo como uno de los más vulnerables, pues la agitación de la vida actual y el sistema económico hace que la familia delegue esta responsabilidad a la escuela, y esta se convierte en verdadera familia de los estudiantes. De tal forma que el rol de la familia ha ido perdiendo espacios en el desarrollo integral de los niños/as.”

Se puede resaltar que la mayoría de las familias del barrio Galan  tienen un número de hijos considerable, por lo que resulta pertinente citar lo expuesto por Burrows y Olivares (2006), quienes afirman que la cantidad de hijos afecta la dinámica familiar, pues a mayor cantidad de ellos implica diversidad de estrategias para enfrentar el apoyo al aprendizaje, así como una mayor dificultad para apoyar a todos por igual en sus estudios”.
Asimismo, Cordoba (2003, citado por Burrows y Olivares 2006), se dedico a estudiar una serie de elementos vinculados a la familia que tienen algún grado de relación con el proceso educativo, encontrándose los siguientes: Nivel educacional de los padres y expectativas de escolaridad de sus hijos(as), nivel
Socioeconómico, apoyo al trabajo escolar, intencionalidad pedagógica de la madre e involucramiento de la familia en la escuela. De igual forma, este autor señala que el proceso educativo es efectivo si los padres tienen mayor contacto con las actividades de la escuela, más aun el rol de la madre en cuento a su presencia, preocupación y posibilidad de apoyar a sus hijos.
Igualmente, Burrows y Olivares (2006), en su estudio “Practicas sociales a nivel
familiar que tienen relación con los aprendizajes de niños y niñas del nivel
preescolar y del primer ciclo escolar básico, cuyo objetivo se centro en indagar la perspectiva que tenían padres, madres y adultos responsables, acerca de los aprendizajes de los niños y niñas, analizó que dentro de las practicas familiares para el aprendizaje de los hijos estas pueden cambiar, de acuerdo al género, número de hijos, composición familiar, entre otras. Las estrategias que implementa la familia para enfrentar el apoyo de los aprendizajes implican una diversidad de acciones las cuales estará relacionadas con la cantidad de hijos, edades y género de los mismos. En familias con un solo hijo(a) es posible que haya una mayor concentración de las estrategias, así como de la cantidad y calidad del tiempo.
De igual forma, en este contexto, al analizar la formación académica de las madres se concluye que éstas tienen menor nivel educativo que los padres de familia, lo que aumenta el grado de dificultad en el acompañamiento de las actividades escolares de los niños, teniendo en cuenta lo planteado por Rama (1996, citado por Mella & Ortiz, 1999), quien afirma que "menos años de estudio de la madre se asociaría con menor logro escolar por parte de los niños".
Por otra parte, el promedio económico de ingreso mensual de estas familias muestra que la mayoría tiene un ingreso menor a un salario mínimo vigente (SMV). Vélez, Shiefelbein y Valenzuela (1995) en su planteamiento afirman que el rendimiento académico se encuentra fuertemente asociado al status socioeconómico, medido como ingreso familiar o promedio de ingreso del entorno donde el estudiante habita.
Las estrategias de acompañamiento escolar están directamente relacionadas con las expectativas y metas educativas que tienen los padres, influenciadas por la cotidianidad de la vida familiar. Estas estrategias estarían orientadas a diversos aspectos en el proceso de aprendizaje, como la motivación, organización del tiempo, la supervisión académica, la interacción de padres e hijos, los hábitos de estudio, entre otros. Según Burrows y Olivares (2006), los prototipos de estrategias de acompañamiento escolar en las familias pueden ser de tipo in-struccional (el padre explica y promueve el aprendizaje); lúdico (se utiliza el juego para facilitar el aprendizaje); práctico (lograr el éxito en el aprendizaje de la forma más rápida) y controlador (hacer cumplir órdenes estrictas en las actividades de aprendizaje)

Dificultades y Fortalezas de las familias en el acompañamiento escolar

Existen algunos aspectos que dificultan o no las actividades de aprendizaje, así
Marchesi (2000), cita siete factores predictivos en el bajo nivel escolar, los cuales se estrechan con la desventaja social: pobreza, pertenencia a una minoría étnica, familias inmigrantes o sin vivienda adecuada, desconocimiento de un lenguaje minoritario, tipo de escuela, lugar geográfico donde vive y falta de apoyo social; pero de igual forma existen otros factores como la familia, el funcionamiento del sistema educativo y la escuela que pueden acrecentar estas dificultades. Las dificultades que los padres y madres del grado preescolar  tienen para ayudar a sus hijos, se fundamenta principalmente en las limitaciones (escasos conocimientos, recursos y tiempo, entre otros)

Los maestros como actores importantes en el proceso educativo esperan que la familia se preocupe, entreguen a su hijo cariño y apoyen el proceso escolar de sus hijos e hijas, interesándose por un quehacer, revisando y acompañando las tareas que se envían al hogar, facilitando un lugar y los materiales necesarios para esta. Que refuercen lo que se hace en la escuela y que cumpla su rol formador, en cuanto a los hábitos, valores y normas (Burrows y Olivares, 2006). Al respecto, los maestros del barrio Galan sienten que los padres se desentienden de sus responsabilidades en cuanto al apoyo que deben brindar a sus hijos en la educación, además que participan en la escuela dado el desinterés que muestran para involucrarse en la formación de sus hijos.